INTRODUCCIÓN
Muchos de los conocimientos y técnicas precursoras que nos trajo G.I. Gurdjieff hoy pertenecen al pensamiento de la mayoría, un claro ejemplo es la idea de la auto-observación que es algo común dentro de la psicoterapia. Sobre este tema podemos encontrar un cúmulo de explicaciones y material informativo, ya que se ha dicho y escrito sobre el mismo desde distintos puntos de vista, no solo por Gurdjieff, Ouspensky y la mayoría de sus discípulos, sino también por personas no conectadas directamente con el “Trabajo”, como es el caso de Arthur J. Deikman con su excelente libro el “Yo Observador” o Red Hawk autor de “Self observation”: the awakening of conscience.
Intentar tratar los conceptos de la Auto-Observación u Observación de Sí, desde una
perspectiva distinta, parecía un tema parcialmente agotado, a pesar de que la Auto-Observación
es considerada en el “Trabajo” como una
de las piedras angulares del auto-estudio práctico, para todo aquel que aspira
al conocimiento de sí mismo. Dennis Lewis, basándose en su experimentación,
comparte un enfoque distinto sobre esta práctica, que tiene la particularidad
de conectar las técnicas de auto-observación con el cuerpo, por medio de la
integración de la sensación, la relajación y la respiración.
Técnicas
que nos permiten consustanciar el conocimiento de uno mismo con el poder
transformador de la presencia en el ahora, única circunstancia en donde es
posible la aplicación del libre albedrío, es decir elegir entre el “sí” y el “no”,
mediante un acto volitivo, jerarquizado en su efectividad, hacia el cumplimiento
de una voluntad superior que trasciende la voluntad de la naturaleza.
Dennis Lewis fue alumno de Lord John Pentland,
presidente de la Fundación Gurdjieff de Nueva York y discípulo de G.I. Gurdjieff y P.D. Ouspensky. Es autor de: “Breathe
Into Being”, “Free Your Breath, Free Your Life” y de “The Tao of Natural Breathing” (“El Tao de la
Respiración Natural”, Gaia Ediciones).
Garín - Buenos Aires - 2024
Alfredo Marinelli
GURDJIEFF Y LOS MAYORES ALCANCES DE LA AUTO-OBSERVACIÓN
por Dennis Lewis
Dennis Lewis |
Gurdjieff y la Identificación
Gurdjieff cree que debido a nuestro
condicionamiento y educación la mayoría de nosotros vivimos nuestras vidas como
autómatas inconscientes. Ajenos a nuestro potencial real, a nuestra esencia,
estamos totalmente “identificados” con nuestra personalidad, con la imagen de
nosotros mismos, y con los pensamientos, sentimientos, imágenes, sueños, o
sensaciones que capturan nuestra atención en un momento dado. Vivimos la
ilusión de ser los artífices de nuestras vidas debido a que rápida y
mecánicamente ponemos la sensación de ‘Yo’ a cada impulso que surge en el
momento, especialmente aquellos impulsos que apoyan la imagen que tenemos de
nosotros mismos, rara vez dándonos cuenta de nuestra fragmentación interna y
nuestra carencia de voluntad y elección como resultado de ésta fragmentación.
Nos perdemos a nosotros mismos a cada momento en un u otro aspecto de nuestra
vida, sin contacto con la notable totalidad que es ‘nuestro derecho de
nacimiento’.
Ya sea que uno esté acuerdo o no con
Gurdjieff, su enfoque de la auto-observación y la consciencia -como se describe
en el libro de PD Ouspensky "En busca de lo milagroso"- han tenido gran impacto en
muchas enseñanzas psico-espitituales de occidente, y proporciona un excelente
punto de inicio para cualquiera que busque una comprensión más profunda de sí
mismo. Además, como ciertos procesos no pueden tener lugar a la luz de la
consciencia, la auto-observación es en sí misma el inicio de un cambio real.
Mis primeros experimentos con
la auto-observación en la Fundación Gurdjieff
Comencé a observarme a mí mismo seriamente
en 1967 en un grupo bajo la dirección de algunos líderes de la Fundación
Gurdjieff especialmente
con Lord John Pentland.
Nuestro esfuerzo fundamental en diversas condiciones especialmente organizadas del
“Trabajo”, a través de la quietud, la discusión, la escucha, los movimientos, las
tareas manuales y artesanales, era observarnos a nosotros mismos como realmente
somos, intentando ser testigos, estar ‘presentes’ a cualquier cosa que surgiera
en el momento.
Utilizando varios métodos, intentábamos
descubrir en nosotros mismos una atención que pudiera ‘registrar’ si lo que
estábamos experimentando era un pensamiento, un sentimiento, una sensación, o
la combinación de estas u otras funciones. También intentábamos observar
nuestra identificación con algunos hábitos, incluyendo el ensueño o el soñar
despierto, la imaginación, la charla interior, y así sucesivamente, para
verificar nuestra falta de unidad interna.
Al intentar observarnos a nosotros
mismos -que usualmente requiere ir contra el impulso de nuestros hábitos para
poder observarlos con mayor claridad- se nos recordaba no intentar juzgar
o analizar lo que se veía. El juicio y análisis simplemente nos retrotraería
nuevamente al círculo vicioso de identificación con los contenidos de nuestra consciencia
-especialmente con las reacciones internas de lo que vemos- consumiendo así la
poca atención libre que tiene que estar disponible para continuar la
observación.
Sin embargo, si el juicio o el análisis
se producen, y sucede a pesar de nuestras mejores intenciones, simplemente
debemos incluirlo en la observación. En resumen, el Trabajo de Gurdjieff pide
ser científicos con relación a nosotros mismos, con nuestro propio ser como el
objeto de la observación. Pronto se hizo evidente, para alguno de nosotros al
menos, que para ser algo más que tomar notas mentales o psicológicas, la
auto-observación debe, en la medida de lo posible, abarcar los procesos y las energías
de nuestros cuerpos.
A través de nuestra continua experimentación,
comenzamos a tener destellos de las palabras de Gurdjieff cuando dijo: “es
solamente anclando nuestra atención en la sensación viva de nuestro cuerpo que el
‘Yo Soy’, nuestra presencia real puede despertar”. Aunque se nos dijo que, la
completa auto-observación depende de estar abierto a una energía superior, una
consciencia más elevada, también se nos dijo que se comienza poniendo de forma
voluntaria la atención que esté disponible para nosotros en nuestro estado
somático del momento.
Gurdjieff deja claro que sólo cuando
nuestra atención ordinaria está activamente ocupada experimentando el momento
presente que la energía superior de consciencia puede surgir, una consciencia
que relaciona simultáneamente nuestro mundo interior y exterior.
Para aquellos que deseen estudiarse a
sí mismo con el método de ‘auto-observación’, el punto de partida es la
sensación general del cuerpo. Es a través de esta sensación, una especie de
telón de fondo perceptivo en tres dimensiones, que podemos discernir los
diversos movimientos y las energías de nuestras propias funciones internas. Sin
la estabilidad de esta sensación, nuestros esfuerzos de auto-observación se
tornarán rápidamente en identificación con cualquier pensamiento, sentimiento o
ensueño que esté sucediendo.
Gurdjieff, Auto-Observación
& Sittings
Uno de los principales ejercicios en
el Trabajo de Gurdjieff de los últimos años es llamado ‘sittings’, una forma
profunda de trabajo interno que es pasado oralmente de maestro a estudiante. Aunque
los diversos ejercicios que Gurdjieff transmitió a sus alumnos no están
fácilmente disponibles para el público en general, el enfoque básico ha sido
descrito con cierto detalle en el excelente libro de Jean Vaysse sobre las
enseñanzas de Gurdjieff, llamado “Toward Awakening” (Hacia el Despertar a sí
mismo).
Aunque
es importante, por supuesto, eventualmente aprender cómo observarse a sí mismo
en cualquier circunstancia, es útil comenzar por sentarse en silencio durante
al menos 20 minutos al comienzo de cada día con los ojos cerrados y la columna
vertebral erguida pero flexible. A medida que uno comienza a relajarse cada vez
más en esta postura tan simple, permitiéndole a la atención ocupar gradualmente
todo el cuerpo, uno comenzará a experimentar una nueva sensación más completa
de uno mismo. Es esta sensación la que hace posible ver, oír y
"registrar" nuestros pensamientos, sentimientos, intuiciones,
posturas, etc., y cómo estas diversas funciones se influyen mutuamente en esta
compleja "máquina" que llamamos uno mismo.
Auto-Observación y Niveles de
Sensación
No fue sino años después de haber
dejado la Fundación Gurdjieff que entendí y formule gran parte de lo que sigue,
es útil darse cuenta desde el principio de la auto-observación que la
‘sensación’ puede experimentarse en diferentes niveles, dependiendo del grado
de relajación y atención en uno mismo.
Aunque el propio Gurdjieff no definió
los niveles de sensación, por lo menos en ninguno de sus trabajos publicados, esto se vuelve bastante
claro en un trabajo profundo y sostenido de auto-observación. Estos niveles
incluyen la sensación automática de las molestias y dolores; la sensación más
profunda de las tensiones y contracciones musculares; la sensación más sutil de
la temperatura y movimientos: la sensación uniforme “punzante” de la piel, la sensación
de vida y respiración de los órganos internos, huesos, tejidos y
fluidos; y la sensación integradora de los circuitos de energía del cuerpo, conectando todos
los órganos con las funciones de nuestro ser.
Aquellos que siguen el trabajo de la
relajación consciente a través de un contacto más profundo con sus cuerpos
eventualmente llegarán a un nivel más de sensación: la profunda, y abarcadora
sensación de espacio y silencio que yace en el corazón de nuestro ser somático.
Es
sólo a través de la experiencia de ambas sensaciones, espacio y silencio que
nuestra conciencia puede
aceptar y acoger la totalidad de nosotros mismos. Es esta aceptación, esta
bienvenida, el inicio de la auto-transformación. Para muchos que emprenden el
trabajo interno de la auto-observación, sin embargo la observación de sus
cuerpos rara vez va más allá de una “proyección” mental de su sensación. Para
otros solamente abarca la sensación de la piel y de las tensiones más
superficiales. Esto es comprensible, ya que para ir más profundo en nuestro
organismo significa abrirse a las contradicciones y confusiones de nuestra vida
interior, a las fuerzas reales.
Estas fuerzas incluyen nuestras
aspiraciones y deseos más profundos, pero también los traumas, miedos,
ansiedades, preocupaciones y otras emociones ocultas en las complejas
interrelaciones del cerebro y su sistema nervioso, el esqueleto, los músculos y
las vísceras que llamamos nuestro cuerpo.
Aunque el método de auto-observación es
una herramienta poderosa de auto-estudio, aprender a abrirnos a nosotros mismos
de esta manera requiere mucho más que la aplicación de ejercicios y técnicas.
También hay que tener un gran conocimiento, sinceridad y sensibilidad. Tenemos
poca consciencia directa de las operaciones de nuestro cerebro y de nuestro
sistema nervioso, excepto cuando se reflejan en los tejidos, las estructuras y los
movimientos de nuestro cuerpo. Además, en la práctica real, nuestra atención,
que generalmente es bastante débil, rara vez puede llegar debajo de las capas
más superficiales de los tejidos, órganos y músculos, condicionados por años de
inconsciencia, negatividad y mal uso.
Basado en el Trabajo sobre mí mismo y también
con otros dentro y fuera del Trabajo de Gurdjieff, es claro para mí que
nuestros cuerpos, especialmente las vísceras, se han convertido gradualmente en
la bóveda de almacenamiento de experiencias e impresiones no digeridas
demasiado cargadas o dolorosas para enfrentar. En nombre de la homeostasis y la
supervivencia, nuestro sistema nervioso cierra las puertas de estas
experiencias a través de una especie de amnesia orgánica. Pero mantener las
puertas cerradas consume una enorme cantidad de energía y crea una desarmonía
en los niveles más profundos de nuestro ser.
El Trabajo de Auto-Sensado y
Escucha
Al practicar la auto-observación, es interesante
ver donde la atención de uno parece detenerse, dónde no puede avanzar más. Esto es
posible usando lo que se llama el “auto-sensado”, un tipo de observación y
escucha orgánica interna en la cual uno comienza con la sensación y
receptividad de los ojos y oídos -incluyendo las impresiones que ellos reciben-
y uno permite a esta sensación y receptividad expandirse gradualmente por todo
el cuerpo. Esta expansión debe incluir todos los músculos voluntarios y el
esqueleto, así como nuestro corazón, pulmones, diafragma, órganos digestivos,
genitales, y otros órganos.
Porque es en estos lugares que los
patrones más profundos de nuestra energía -las fuentes reales de nuestro
comportamiento- son mantenidos. Y es en estos lugares dónde usualmente las
manifestaciones físicas (especialmente las tensiones y contracciones
innecesarias que consumen la energía necesaria para el trabajo interno) de
nuestras barreras individuales son más claramente reflejadas.
A través del auto-sensado (detección
física) de estas manifestaciones, las abrimos, por así decirlo, al alcance de
nuestra atención, y podemos empezar a observar y transformar estas experiencias
e impresiones -ya sean del pasado o presente- que han sido excluidas de nuestra
consciencia. Al llevar a cabo este trabajo de auto-sensado es muy importante
que nos acerquemos a nosotros mismos con gentileza y compasión.
Nos ha tomado muchos años ser lo que
somos ahora, y es virtualmente imposible ver o romper todas nuestras barreras
(que Gurdjieff llamaba “buffers” o “amortiguadores”) por el esfuerzo o la fuerza
de voluntad solamente. Es una apertura sin fuerza a lo que observamos en
nosotros en un momento dado, un profundo movimiento de bienvenida a todo lo que
aparezca.
Es mi experiencia que al momento es
imposible ir más allá de la consciencia de una barrera, podemos retroceder un
poco y permitir que la sensación de la barrera se profundice. Cuando traemos
nuestra atención nuevamente a una sensación de tranquilidad anterior, el
sistema nervioso simpático puede relajar su férreo control y algunas de
nuestras tensiones se comienzan a disolver por sì mismas. También podemos dejar
que nuestra atención se desplace hacia las partes más libres y relajadas.
Entonces dejamos simplemente que esta sensación de tranquilidad y comodidad se
extienda a las partes más tensas. Cuando algunas tensiones más superficiales
comienzan a disolverse, es posible observar niveles orgánicos de tensión más
profundos en nosotros mismos y sentir las emociones y experiencias asociadas a
ellas.
Aquellos de
nosotros que emprendemos seriamente este trabajo de percepción de nosotros
mismos veremos que
la llave del auto-conocimiento y auto-transformación reside en nuestros
sentimientos y emociones. Gurdjieff deja en claro que nuestros sentimientos y
emociones son los caballos que conducen el carruaje de nuestro cuerpo. Y son
nuestros sentimientos y emociones los que claramente moldean y reflejan
nuestras relaciones, nuestras actitudes con nosotros mismos y con el mundo.
A medida que continuamos con el trabajo
de auto-sensado, por ejemplo, veremos que cierta clase de sentimientos nos abren,
permitiendo a nuestra consciencia moverse libremente a través de nuestro
organismo, mientras que otros tipos nos cierran, bloqueando la consciencia y
dejando las impresiones afuera. También nos convenceremos de que la real
observación y estudio de las emociones, no es un proceso mental o psicológico,
sino físico.
Auto-observación y Respiración
Mientras somos llamados desde nuestro
ser interior hacia un trabajo de auto-observación más profundo, comenzaremos a
ver, cuán difícil es observar nuestras emociones, especialmente aquellas que
hemos evitado a lo largo de la vida, aquellas que nunca hemos asimilado. Afortunadamente, nuestro cuerpo nos da una entrada directa a nuestra vida emocional a través de
la respiración. Nuestra respiración no solamente nos conecta con el mundo
exterior, sino que también nos conecta con el cuerpo, la mente, las emociones y
el espíritu, y nos mostrará si somos receptivos a las diferentes fuerzas
actuando en el momento. Nuestra respiración nos puede incluso mostrar dónde
resuenan en nuestro cuerpo las experiencias e impresiones que no somos capaces
de enfrentar o digerir.
Gurdjieff nos advirtió, que cualquier
intento por manipular o cambiar la respiración sin el suficiente conocimiento
de nuestro organismo puede causar con el tiempo muchos problemas. Por lo tanto, es crucial al inicio de la auto-observación aprender a seguir y sentir la
respiración sin hacer ningún intento por manipularla.
Seguir (sin alterar) la respiración es
una práctica importante. Las razones para esto son muchas, pero dos son
primordiales por lo que puedo ver: primero al seguir la respiración
estabilizamos y reforzamos nuestra atención interior, y segundo mientras
nuestra respiración tiene lugar refleja todo lo que está ocurriendo dentro y
alrededor de nuestro organismo y provee una poderosa herramienta de
auto-observación.
En mi propio
enfoque de trabajo con la respiración, un enfoque que ha sido desarrollado no
sólo a través de mi experiencia con el Trabajo de Gurdjieff, sino también con
otras tradiciones, uno empieza simplemente siguiendo el aire entrando y
saliendo por la nariz. Después uno puede seguir el movimiento del aire en el
momento presente saliendo y entrando de los pulmones. Uno puede también sentir
donde tiene lugar la respiración dentro del propio cuerpo. ¿Se sitúa en los
hombros, en el pecho o en el bajo abdomen? ¿Levanto los hombros cuando inhalo? ¿Mi
vientre va hacia fuera o hacia dentro? ¿Siento la respiración en las costillas,
en la espalda o en la pelvis? ¿Conforme siento la respiración mis inhalaciones
y exhalaciones ocurren de forma uniforme y armoniosa o parecen empujar en
alguna dirección o en otra? ¿Qué tensiones siento? ¿Cómo suena mi respiración?
Cuando siento la localización de mi respiración, ¿Me siento en paz, agitado,
enfadado, alegre, triste, aburrido, con voluntad? ¿Estoy siendo terco o rígido en
mi forma de pensar? ¿Qué estoy pensando y sintiendo? Y en los niveles más
avanzados de este trabajo uno puede incluso sentir una cierta cualidad de
energía que parece entrar con cada respiración y uno puede seguir el movimiento
de esta energía en su propio cuerpo. El propósito aquí es simplemente
observar, ni analizar, ni juzgar, ni manipular. Como dijimos antes, sin la
suficiente conciencia ni auto-conocimiento, cualquier esfuerzo por cambiar
nuestra respiración puede, tal como Gurdjieff avisa, causar muchos problemas.
Los que trabajan con la respiración de
este modo por un período de tiempo prolongado tendrán muchas impresiones
fascinantes y reveladoras de sí mismos. Y también desarrollarán una atención
más fuerte y estable, una que no se disipa fácilmente con las reacciones
emocionales. Pero la clave es mantener la auto-observación, usando la
respiración como vía para experimentar todo el organismo. Uno podrá observar,
por ejemplo, como en momentos de obstinación, de fuerte identificación (como
decía Gurdjieff) con el propio sentido del ‘yo’, la respiración parece subir ruidosamente
hacia los hombros levantados, los músculos se contraen y la cavidad abdominal
se levanta. O como, en momentos de receptividad tranquila la respiración se
centra silenciosamente detrás del ombligo, el Hara o el Tan Tien Inferior, y el
cuerpo entero parece relajarse.
Este
acercamiento a la auto-observación es bastante íntimo, ya que nos brinda a cada
uno de nosotros la oportunidad de aprender más sobre nosotros mismos de la
forma más directa posible. Incluso empieza a alterar nuestro propio ser: la luz
de la conciencia empieza a penetrar dentro del oscuro escondrijo de nuestro
ser, relaja nuestras estructuras somáticas y tejidos somáticos y gradualmente
permite que la energía fluya de forma más armoniosa.
Sin embargo,
incluso en las condiciones especiales del Trabajo de Gurdjieff, la
auto-observación no siempre saca a luz el origen profundo de nuestro
comportamiento y ser. Debido a nuestro extenso condicionamiento por parte de la
familia, los amigos, la educación y la sociedad y las poderosas interrelaciones
que existen entre la estructura somática, la respiración y las emociones hay
casi siempre contracciones profundas, tensiones y desarmonías en nuestros
músculos, vísceras y sistema nervioso que no pueden sentirse si no es a través
de un profundo y directo trabajo con el cuerpo y la respiración.
En muchos casos es necesario trabajar con un buen profesor de ciencias somáticas, o con un guía espiritual que pueda realizar un trabajo somático, y que pueda trabajar con nosotros individualmente, para ayudarnos a experimentar las formas en que nuestro cuerpo no solo refleja, sino que también sostiene una poderosa actitud emocional que no somos capaces de observar por nosotros, sin importar cuánto intentemos o cuan sensible seamos. Muchas veces el trabajo no puede ser realizado mediante palabras, movimientos o meditación. Sino que requiera el arte y ciencia de alguien más que pueda despertar y guiar nuestra energía orgánica y tomar consciencia de nuestro ser a través de nuestras tensiones, contracciones, y desarmonías sensoriales.
En mi propio trabajo de auto-observación, me he beneficiado enormemente no sólo de las condiciones extraordinarias del Trabajo de Gurdjieff (condiciones que hacen posible vernos a nosotros mismos más imparcialmente) sino también por una exploración somática intensiva con diferentes profesionales somáticos y maestros espirituales, incluyendo expertos en el trabajo de integración estructural Feldenkrais y también una modalidad taoísta de masaje abdominal y trabajo con la respiración llamado Chi Nei Tsang. En ambos enfoques, especialmente en Chi Nei Tsang fui capaz de experimentar en tan solo un par de años muchas de las profundas interrelaciones entre mente, cuerpo y emociones que me habitan y que había esquivado por muchos años. Para mí está claro, sin embargo, que sin el entrenamiento previo en auto-observación con el trabajo de Gurdjieff, sin aprender cómo traer la atención hacia mi propio ser interno en casi cualquier circunstancia de la vida, mis experiencias con estos maestros y profesionales no hubiera ido más allá́ de la obtención de importantes beneficios para la salud e interesantes apuntes psicológicos.
Si
el método de auto-observación de Gurdjieff es para ser un camino íntimo hacia
nuestro ser, sólo se puede hacer si estamos dispuestos a exponernos
verdaderamente a nosotros mismos. Lo que se necesita, dice Gurdjieff es
“sinceridad interna”. Pero esta disposición a ser expuesto, a estar presente a
nosotros mismos desde la cabeza hasta los pies y desde fuera hacia dentro,
necesita el soporte de condiciones especiales y de gente que puede ayudarnos a
volver a nuestra propia casa en esta tierra, nuestros cuerpos, y ocupar cada
piso y cada habitación de esta casa. No es suficiente con conocer nuestra casa
iluminando con un potente foco desde el último piso a nuestra habitación
favorita. Se necesita abrir la puerta de cada habitación, incluyendo el sótano,
entrar en las habitaciones e iluminarlas.
Esto no es fácil, pero es posible, especialmente para aquellos que recuerdan que es sólo a través de vivir la sensación de la respiración desde la totalidad de nosotros mismos, que podemos vivir conscientemente vidas armoniosas. Esta sensación, sin estar restringida por actitudes emocionales inconscientes trabajando a través de nuestros músculos y órganos, es la sensación de la vida misma y del milagroso espacio y silencio que descansa en el corazón.
Traducido
y extractado por Alfredo Marinelli para el Blog “Gurdjieff y Ouspensky –
Estudio e Investigación” del número de otoño de 1993 de la revista “Gnosis”.
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