
P.D. Ouspensky recalcaba la importancia de no deformar las ideas y principios del sistema para mantenerlo en su forma original. En el Capítulo VII y XV del libro "El Cuarto Camino", en una de sus charlas podemos leer:
… El sistema significa todo lo que se dice, en el sentido en que se dice. Si uno lo corrige, consciente o inconscientemente, entonces no puede llamarse el sistema: será un pseudo-sistema, una falsificación del sistema. En el momento en que se vuelve incorrecto o se olvida o desecha algo, dará resultados erróneos…
… Añade aquí una palabra y otra allá, y usted no puede imaginar de qué forma extraordinaria algunas de las ideas retornan a mí. Una palabra omitida de alguna formulación puede tornar a una idea en absolutamente diferente…
… Cuando piensa sobre este sistema y lee algo que le hace acordar de él, solo toma una u otra idea: no compara todas las ideas. Las partes pueden ser siempre análogas, pero tal comparación podrá ser útil solamente cuando usted vea el todo detrás de las partes: y entonces puede hallar que las dos nada tienen en común, porque a fin de ser semejantes, todo deberá ser semejante. Suponga que un punto de un sistema es semejante a un punto de otro, pero que estos puntos están rodeados por otros quince puntos que no tienen semejanza: esto los hace esencialmente diferentes. Aún no podemos hacerlo; no estamos acostumbrados a encontrar la relación de una parte con el todo en el pensamiento corriente. Pensamos que las partes pueden ser comparadas y que las partes pueden estar correctas o equivocadas sin relación con el todo.
Pregunta: Pero, ¿y si se encuentra dos sistemas filosóficos que tienen puntos o cimas que se parecen entre sí?
Respuesta: ¿Cómo sabe que se parecen entre sí? Usted solo conoce palabras: no conoce qué hay detrás de estas palabras. Las palabras no garantizan el significado. He aquí por qué se recomienda, durante largo tiempo, no tratar de encontrar paralelismos y estudiar este sistema separadamente de todo lo demás. Después cuando conozca más, puede tratar de encontrar paralelismos.
Pregunta: ¿Qué garantía hay de que no haya nuevas ideas en este sistema, introducidas desde su origen?
Respuesta: Esto es clarísimo. Si se mantienen los principios, estos eliminan las ideas erróneas. Las ideas formativas no pueden existir junto con las ideas esotéricas.
Las ideas se deforman cuando las personas empiezan a inventar sus propias explicaciones y teorizan; pero mientras trabajen sinceramente y traten de verificar todo lo que entra en sus mentes y trabajen según los principios y reglas, la deformación no es necesaria en absoluto.
Ouspensky daba un
alerta sobre la alteración de las ideas, sus consecuencias y la necesidad de
transmitirlas en forma pura.
Sin embargo, nos
encontramos ante un hecho: en el estudio, la investigación y fundamentalmente
con la puesta en práctica de las ideas del "Trabajo". generamos
reflexiones y nuevos pensamientos, muy necesarios y de gran utilidad para el
proceso de transformación, pero como son concebidos acorde al nivel de
comprensión del experimentador, no deben confundirse con las ideas puras, de lo
que Ouspensky denominó el sistema, evitando así toda deformación.
Este criterio es respetado por la mayoría de los grupos que trabajan en forma
seria con las ideas de Gurdjieff y Ouspensky, ya que mantienen los principios,
trabajan sinceramente verificando todo según normas y reglas, fundamentalmente
no confunden una explicación y la teorización de sus experiencias con las ideas
del sistema.
Existe otra categoría de grupos que realizan una interpretación particular, con
arreglo a prejuicios y parcialidades, al asociar en forma superficial, los
principios e ideas del sistema con cualquier otra corriente de pensamiento psicológico/espiritual.
Generalmente, estos grupos están comandados por un líder instruido en alguna
que otra faceta de la psicología, la filosofía, el esoterismo, etc. y anexa a sus
pensamientos las ideas del Cuarto Camino. También puede ser un líder versado en
las ideas del Cuarto Camino, pero sin la necesaria comprensión y realización de
su ser interior, por lo que está en una constante búsqueda externa y va
incorporando partes de otras enseñanzas espirituales a las ideas del Trabajo.
Esta Torre de Babel ("confusión de lenguas") trae como resultado una
especie de “ensalada colorida” que es consumida fácilmente por sus seguidores,
pero que en su digestión subconsciente, intoxica y produce resultados nefastos
para el ser psicológico.
Ouspensky estaba
muy lejos de imaginar que podría ocurrir algo peor que la deformación del
sistema: Colocar palabras, en este caso un libro, que nunca escribió, con
su autoría.
Circula en Internet un libro titulado "Jesús
en el Templo de Heliópolis", en muchos medios sociales se altera
parcialmente el título por lo que lo podemos encontrar como “Iniciación de Jesús en el Templo de
Heliópolis” o “El Maestro Jesús de
Nazaret en Heliópolis”, etc., figurando como autor P.D. Ouspensky.

Busqué referencia de esta obra en las distintas bibliografías de P.D. Ouspensky, una de las más completas en inglés es la realizada por Walter Driscoll en su libro “Gurdjieff: An Annotated Bibliography”, y este libro no figuraba. Sin embargo, localicé una edición impresa en español de la editorial mexicana Cuarto Camino: Jesús en el Templo de Heliopolis (Egipto) - ISBN 970-93841-0-4. También encontré varias versiones digitalizadas, audio libros, algunos artículos y notas. Lo más notorio son los videos existentes en You Tube, en uno de ellos el Sr. Martín Aparicio lee y comenta partes de este libro, mientras de fondo se pasan segmentos de la película “Jesús de Nazaret” protagonizada por Robert Powell, dando un efecto artístico de solemnidad a la lectura. En todos estos casos figura como autor P.D. Ouspensky. Ante estos hechos dudé de mi pobre percepción. El libro quedó guardado en un archivo de la computadora y olvidé el asunto.

La gran sorpresa
es que en la sección XI “Vida y trabajo de Jesús en Egipto”, desde el capítulo
47 (punto 9) al 55 inclusive, donde se detallan las distintas pruebas que tuvo
que superar Jesús y en la sección XVI, “La segunda época anual del ministerio
cristiano de Jesús”, capítulos 100 y 101, donde Jesús formula y presenta el
“Código Práctico de ética espiritual”, se puede encontrar el libro que le
atribuyen a P.D. Ouspensky. Es exactamente igual salvo alguna que otra
connotación por ser distintas traducciones. Reitero: El libro titulado “Jesús en el Templo de Heliópolis” es una
parte del libro “El evangelio de la era
de Acuario de Jesús el Cristo” escrito por Levi H. Dowling en 1908. No es
una recopilación, no es un estudio, ni una interpretación: ES UNA COPIA, un
fragmento al que se puso como autor a P. D. Ouspensky. Lamentablemente, esta
atribución crea y va creando, una especie de “conciencia popular” en donde se
considera a Ouspensky el autor del mismo y esto es mucho más que una
deformación de las ideas del sistema.
Más allá de la
posible explotación realizada por pequeñas editoriales -la conjunción de las
palabras: Jesús, Heliópolis y Ouspensky tienen un alto atractivo comercial- cabe
preguntarse ¿con qué finalidad se realizó esta mistificación?
Alfredo
Marinelli
Redactado por Alfredo Marinelli para el blog "Gurdjieff y Ouspensky - Estudio e Investigación"
ANEXO (25 de mayo de 2013)

Por lo que no estoy realizando ninguna alusión crítica del mismo sino a su autoría. Para una persona con cierta experiencia en lo psicológico-espiritual puede ser útil, desde cierto enfoque todo lo espiritual está relacionado, pero para el neófito que se acerca a las ideas del “Cuarto Camino” por intermedio de este libro, creyendo que es de la autoría de uno de los más importantes expositores de la misma, es realmente un engaño.
Me manejé con los
conceptos tradicionales, en donde se considera evangelios apócrifos a aquellos
textos escritos en los primeros siglos del cristianismo y que no fueron
reconocidos por la iglesia, o sea los libros sobre cuya canonicidad se dudó
durante un cierto tiempo, pero que al final no entraron a formar parte del
canon, para diferenciarlos de los que surgieron después de esa época y que
podemos denominar “revelaciones modernas”. El origen polémico de estas
revelaciones van más allá de interpretaciones, algunos autores alegan haber
encontrado el verdadero evangelio en algún desconocido monasterio, pero la
mayoría se basan en textos infundidos por vía telepática o canalizaciones, aseverando
ser la auténtica historia de Jesús y revelando detalles poco conocidos de su
vida, aunque difieren substancialmente unos de otros.
Dentro de este
espectro la cantidad de textos es elocuente, citaré solo algunos como ejemplo: “El evangelio de los Doce” de Gideon
Jasper Richard Ouseley (1902) - La parte IV del libro de Urantia sobre “La vida y las enseñanzas
de Jesús” (1999) - “El libro del
Mormón” de Joseph Smith (1830) - “Arpas
Eternas” de Josefa Alvarez (1949) - "Esta
es mi palabra: Alfa y Omega, Evangelio de Jesús” de Gabrielle (1991) - “El
verdadero Evangelio revelado de nuevo por Jesús” de James E. Padgett (1923),
entre muchísimos otros.
En esta categoría
se sitúa “El Evangelio de Acuario de
Jesús el Cristo”, ya que fue editado en inglés en 1908 y su autor Levi
H. Dowling vivió entre 1844 y 1911. El libro fue desarrollado por medio de
la transcripción de la información obtenida desde los “Registros Akásicos”, en
sesiones de dos a seis de la madrugada en Ohio EE. UU. Una de sus aseveraciones
es que Jesús vivió en la India, el Tíbet, Persia, Grecia y Egipto. Es en esta
última estancia donde desarrolla su iniciación y de donde se extrae este
capítulo, que se publica por separado como “Jesús
en el Templo de Heliópolis” poniendo a P.D. Ouspensky como autor.
En este fragmento se detallan las supuestas pruebas de
iniciación que Jesús tuvo que superar en el “Templo de la Hermandad Sagrada” para
obtener los grados de Fe, Justicia, Sinceridad, Filantropía, Valor, Amor Divino
y el séptimo y más elevado: El Cristo. Además,
se incluye un compendio de preceptos bajo el título de “Código práctico de ética
espiritual”, que es la continuación y formulaciòn -según Dowling- del “Sermón
de la montaña”,
La edición de estas partes del libro, al estar separadas
de su contexto original priva de comprensión y en cierta manera desvaloriza el
mensaje que Dowling quería legar, más allá que estemos o no de acuerdo con el
mismo.
Para todo aquel interesado en clarificar el significado
del mensaje cristiano promulgado en los evangelios, en su concepción
psicológica y pragmática, recomiendo los libros de Maurice Nicoll: “El Nuevo Hombre” y “La Flecha en el Blanco” y del libro “Un Nuevo Modelo del Universo” el capítulo IV: “El Cristianismo y el Nuevo Testamento” de P.D. Ouspensky
Mi
particular reconocimiento del legado de P.D. Ouspensky a través de su
literatura, me impele a sugerir la lectura de: “¿Quién es Levi?” y la
“Introducción”, del libro “El evangelio
de Acuario de Jesús el Cristo”, realizada por Eva S. Dowling, su amanuense. También sugiero la lectura de lo escrito por P.D. Ouspensky en el capítulo VIII “Misticismo experimental” de su libro “Un nuevo modelo del Universo”, para interpretar la opinión que
tenía de la clarividencia y de las revelaciones akásicas, principalmente de
todos los libros escritos por estos medios. La particular experiencia de
Ouspensky con este tipo de “visiones” y la explicación sobre los “enjambres de moscas” del Templo de
Salomón en Jerusalén, son argumentos suficientes para descartar toda posible
relación entre el libro “Jesús en el templo de Heliópolis” y Ouspensky.
Hoy día, pasados
casi 4 años de la publicación de esta entrada, hay un dato relevante y que da
relativa claridad al tema a través de la editorial “Herbasa”. En su catálogo
podemos encontrar:
Jesús en el
Templo de Heliópolis / Autor(a/es): Levi H. Dowling. / Páginas: 75. /
Clave: HB109. / Editorial Herbasa
Alfredo Marinelli